domingo, 19 de agosto de 2012

La homilía de Betania: ENEMIGOS A TRES METROS DE LA CRUZ DE CRISTO

 

 

 

1.- Si el Señor Jesús hubiera estado enfrentado a unas elecciones, el mitin del evangelio de hoy sería la peor propaganda y le quitaría la mayoría absoluta y la minoría… Se quedaba a cero en las urnas. Porque hablarnos del amor a los enemigos, cuando hoy todos, y en todo el mundo tenemos, los recuerdos de los múltiples, y de diferente origen, atentados terroristas, la fórmula de Jesús es como para quedarse sin público. Y no nos dice que perdonemos, que ya es difícil, porque no es cristiano “perdono pero no olvido”, pero tampoco es cristiano “perdono, pero no amo”, porque el Señor dice “amar”.


Creo que a lo que más llegamos con dificultad es a prescindir de la persona enemiga, que es lo mismo que pensar que no existe, pero ya me diréis si uno que prescindiese de su madre o de su padre, y viviera como si no existieran, si los amaría. Y Jesús dice amar.


2.- Sólo un amor totalmente desinteresado puede amar así. Ninguna utilidad tuvo para Dios crear el mundo y a nosotros. No buscó su bien al enviar a su Hijo para que diera su vida por nosotros. Es totalmente un Dios que llueve sobre justos y pecadores y hace salir el sol sobre buenos y malos. Yo creo que lo que no sabemos nosotros es lo que es amor y mucho menos amor infinito.



3.-. Dios que es amor, no tiene enemigos por su parte. No puede tener enemigos porque el que declara que es enemigo de alguien ya se ha inficionado del odio que ese enemigo le tiene a él. Y un amor infinito de Dios no puede inficionarse con el odio. El que siente enemistad tiene que ser sincero y admitir que está lleno de odio, rencor y venganza. Y eso no cabe en Dios. Y como no cabe en nuestro Padre Dios, no debe caber en nosotros que tenemos los genes de Dios y somos en verdad hijos de Dios.


4.- Jesús nos mandó perdonar setenta veces siete, es decir, siempre… que es decirnos que en nuestro perdón nunca debe haber una última vez. Y sin embargo nuestro lenguaje está lleno de esos ultimátum hacia nuestros enemigos: “no aguanto más”, “me las vas a pagar”, “de esta no paso”, “se va a enterar”, “ya recibió su merecido”, es lenguaje del ojo por ojo y diente por diente, y así nos metemos en el espiral de odio, que siempre crea más odio. Se busca justicia por venganza y la venganza atrae más odio.


El Señor no nos pide que dejemos inmunes los delitos, ni mucho menos que convirtamos la ley en mera protección de los asesinos, como ya está ocurriendo. Lo que nos pide es que no añadamos leña al fuego, echando al odio nuevo odio hasta que la hoguera nos consuma a todos.


5.- Jesús murió en la cruz asesinado por sus enemigos. ¿Qué dijo Jesús de ellos? A Judas, en el Huerto de los Olivos le llamó “amigo”, “amigo a que has venido” Y en la cruz pide a su Padre: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. No los llama malos, ni pecadores, les llama simplemente ignorantes.


En una frase de una película muy antigua se decía: “a trescientos metros de distancia el enemigo es un blanco a dar, a tres metros es un hombre”. Pues pongamos a nuestros enemigos a tres metros de la Cruz de Cristo y a esa distancia mi enemigo es hermano de sangre, de una misma sangre, la de Cristo que murió por él, por mí.

Por José María Maruri, SJ
Fuente: http://peregrinos-robertoyruth.blogspot.com.es/2011/02/la-homilia-de-betania-enemigos-tres.html

jueves, 2 de agosto de 2012

Quisiera adjuntar un comentario sobre Sant Paul del Camp.
Corría el año 900 y algo más, cuando los condes de Belloq donan esta iglesia en piedra a un monasterio por entonces extramuros, en Barcelona.
Este monasterio sufrió incontables invasiones, y finalmente fue abandonado. Almanzor tanbién anduvo cerca en sus correrías expansionistas. Siglos más tarde es retomado de su ocaso y hoy día esta reliquia de iglesia con un claustro pequeño y sin fuente (¿donde habrá ido a parar esta última?) es un remanso de paz en medio de la vorágine de una ciudad como la Condal.
Allí está la enorme tela de la Magdalena, allí quizá la Santa custodia viejos secretos anteriores al año 1000, donde el culto a Nuestra Señora María Madre de Dios comenzó a florecer.
Las tropas de soldados y voluntarios siempre en pie de guerra, necesitaban una Madona, una Madre que les consolara ante tanto dolor. ¿Qué mejor que la Madre de Nuestro Señor? Se cree que allí por este primer milenio arranca el culto a María tal y cual lo concebimos hoy en día.
Sant Paul del Camp está ligado a mis afectos y fantasías. Algún día podré sin dudas publicar La Desaparición del Donante Francés...allí emerge nuevamente el antiguo monasterio y su desaparecida fuente.
Ciertas veces me pregunto si no tengo raíces el la ciudad condal y si han sido mis abuelos solamente los que han nacido en España...
Un enorme triple abrazo templario a mis queridas hermanas de Sorortempli. Hacéis un magnífico trabajo.
Mary Su Sarlat,
Canciller PGA, Argentina.


lunes, 30 de julio de 2012

Custodia del Grial


¿Qué significa para nosotros los Templarios Nuestra Sra. María Magdalena?. Algunos, siguiendo el adoctrinamiento  de la Iglesia de Roma, continúan viendo a Nuestra Señora. como aquella prostituta arrepentida que ungió  a los pies de Jesucristo, para otros es una más de las mujeres que siguió al Maestro. Otros dudan de la veracidad de su Evangelio, y ponen en entredicho cuales fueron sus enseñanzas y su fruto.
En la iconografía,  María Magdalena,  ha sido durante siglos representada como mujer, en ocasiones desmelenada e incluso en otras semidesnuda, con una calavera a sus pies y con un “recipiente” entre sus manos. Para algunos ese “recipiente” ha sido  identificado como el esenciero que contenía los aceites con los que ungió al Maestro, para otros, sin embargo tiene una  representación griálica.
Mucho hablamos del Grial, pero ¿Qué es el Santo Grial?. Para la Iglesia Católica, es la copa o el cáliz que Jesucristo utilizó en la Ultima Cena, siendo también el recipiente  de la sangre de Jesucristo, derramada en la cruz.
La terminología de “Santo Grial” aparece por primera vez en la Edad Media, como un concepto literario a partir de interpretaciones o traducciones erróneas de las escrituras. El término de Santo Grial derivaría de las formas primitivas San Graal y Sangreal. Su raíz etimológica deriva del antiguo término mesopotámico Gra-al, que significa "nectar de la abundancia suprema" y del vocablo celta gar, que significa "piedra".
Entre las distintas representaciones simbólicas del Santo Grial la más conocida es el cáliz; en ocasiones también se ha representado como una cepa, cuyo fruto es la uva, materia prima del vino, todos sabemos que el vino es la representación eucarística de la sangre de Nuestro Señor.
En su representación de piedra o joya, es el contenedor de la sabiduría espiritual y el conocimiento; En Parzival, Wolfram von Eschenbach, se refiere al Grial como "Lapsis exillas", que significa piedra  venida del cielo”, algunos lo han traducido como la piedra rubí  que desprendida de la frente de Lucifer devino en esmeralda en la tierra.
Como plato o bandeja que contiene la Eucaristía simbolizaría el “servicio”. Según el conocimiento esotérico del Grial, el cáliz y la vid correspondería  a la idea de “servicio” y la sangre y el vino al “cumplimiento” Por lo que la búsqueda espiritual del Santo Grial, sería un camino de evolución para el cumplimiento del servicio o la misión que es siempre individual.
Entre las Antiguas Tradiciones, una de las atribuciones  del Grial se correspondería con el caldero celta, contenedor de secretos, al igual que su portador o custodio es Brán (Bron, yerno de José de Arimatea), y también en varias Tradiciones con el  cuerno de la abundancia, del cual quien bebiese adquiriría la eterna juventud; Para los alquimistas, Mercurio, el Hijo de los filósofos, nació de un vaso, el vas-uterus, el vaso hermético que se llama “vientre de la sabiduría”; al igual que Venus es renacida en una concha entre las espumas del mar.

Como la piedra filosofal, el Grial se ha identificado con la clave del saber y la suma de todas las cosas.
El Santo Grial se asoció con un vaso porque se decía contener la sangre de Jesucristo e igual que los calderos contenían los secretos, el Santo Grial contendría el secreto de la Sangre Real de Nuestro Señor, llevada por el cáliz uterino de María Magdalena; siendo Nuestra Señora, además la  “Apostol de los Apóstoles”, a la que Jesús amó más que a ningún otro discípulo, era la apóstol dotada de sabiduría, visión y conocimiento, más profundos que los de Pedro, siendo por tanto la verdadera transmisora del conocimiento y de todo lo que conlleva la representación griálica.
Por su parte, la Iglesia romana, decidió por intereses de diferente índole, desacreditar a Nuestra Señora, utilizaron comentarios ambiguos del Nuevo Testamento, comentarios que describían a María Magdalena como soltera y pecadora, basándose por ejemplo, en el término almah, célibe que recibe formación para sus esponsales, tregiversaron terminología, decidieron que una mujer pecadora tenía que ser una prostituta, y así lo han intentado mantener durante siglos.
En el Evangelio de Felipe, Evangelio extirpado por la Iglesia Católica,   María Magdalena es considerada como “el símbolo de la sabiduría divina”; Por el contrario las enseñanzas de Pablo,  en el Nuevo Testamento, explica: Dejad que las mujeres aprendan en silencio con todo sometimiento. Pero no puedo soportar que una mujer dé lecciones, ni que usurpe la autoridad del hombre, sino que debe permanecer en silencio (1 Timoteo 2:11-12).
Según la Tradición gnóstica,  a María Magdalena se la asocia a Sophia, la sabiduría, representada por el sol, por la luna y por un aura de estrellas.

Para la Tradición alejandrina, María Magdalena "transmitió el verdadero secreto de Jesús" estando el antiguo culto a Nuestra Señora muy estrechamente asociado con los lugares de culto a las Vírgenes Negras.


lunes, 23 de julio de 2012

Participemos en el día de María Magdalena





Según el santoral de la Iglesia Católica, hoy día 23 de julio, es el día de Santa Magdalena, para nosotros, los Templarios, Nuestra Señora, Apostol de los Apóstoles, pero realmente ¿Quién es para nosotros Nuestra Señora?, ¿Qué significado tiene María Magdalena para los Templarios?. Desde este blog de Sorortempli, os lanzamos esta pregunta, que creemos de interés para todos. Compartamos Hermanos y Hermanas, realmente lo que sentimos.

Non Nobis Domine.

viernes, 20 de julio de 2012

LA OTRA CARA DE EVA




Los fundamentos conceptuales de la ideología que define la presencia de la mujer como construcción social en la historia de la humanidad, vienen marcados por su función como fuente y germinación de la vida.

En la etapa prehistórica, durante la segunda fase del Neolítico, asistimos a la representación de la figura femenina como símbolo de la fecundidad.

Pequeñas figuras femeninas talladas en la piedra, con los rasgos característicos de la gravidez acentuados, marcaron el inicio de la representación femenina como presencia que evocaba su capacidad para dar vida a un ser humano.

La imagen femenina se somete a la primera noción de representación, en la cual la función principal de la reproducción acentúa las características de sus atributos, situando en un primer plano su función primordial como gran laboratorio donde se gesta el ser humano.

Pequeñas figuras femeninas fueron concebidas como ofrendas votivas  definidas por la rotunda volumetría de sus rasgos para proyectar visualmente la capacidad de reproducción de la mujer, soslayándose la posible individualización de la imagen, conferidas a estas figuras femeninas en las que dicha imagen sirvió como referencia para evocar e invocar la fecundidad en la naturaleza.

Con la transición de la comunidad primitiva a la vida sedentaria, se inicia una nueva fase en la cual la función de la mujer asume otros roles sociales, además de su capacidad para dar vida a un ser humano. La actividad de la mujer se ve incrementada en los albores de una agricultura incipiente, pues en estas labores de siembra y recolección, con la primacía de la caza y la pesca, se hizo indispensable la confección de enseres de barro, o la realización de objetos utilitarios realizados a partir de fibras naturales.


En las antiguas civilizaciones hidraúlicas se definen con caracteres marcando la estratificación social y la jerarquía en cuanto a la posición en la sociedad, por lo cual se establecen nuevos roles sociales adjudicados a la mujer. Podemos observar que en algunas estructuras sociales la imagen de la mujer transita del Idolillo, símbolo de fecundidad, evoluciona y se hace Diosa o Sacerdotisa.

En algunas sociedades será mujer-madre, y asimismo, debido a las diferentes escalas sociales, habrá una mujer respetada y adorada por su jerarquía, por su ascendencia real, otras mantendrán su imagen solamente como mujer-madre.

En cada contexto geográfico, y en los diversos espacios culturales donde se ha desarrollado han existido los roles de la mujer - madre, mujer - diosa, mujer - faraona, mujer - profetisa, mujer – sacerdotisa, mujer - reina,mujer - emperatriz… Con el transcurso del tiempo, en distintas religiones se ha ignorado y transformado radicalmente el rol y el poder de la mujer con el objetivo de subvertir su fuerza y capacidad, anulando una energía propia y natural, que se acrecienta por su capacidad regeneradora, y por su sentido común e inteligencia, proyectándose de forma válida en diversas esferas de la conciencia.


Siguiendo la evolución histórica en una relectura que ponga en primer plano la figura de la mujer, podemos afirmar que en la civilización egipcia existió un tratamiento que reveló la importancia de la figura femenina en el plano de las concepciones cosmogónicas y en el discurso derivado del poder, como madre y esposa.


Ya desde el Reino Antiguo la reina no se limitaba a secundar al faraón acompañándole durante la realización de las ceremonias del culto oficial. Durante los primeros reinados de la XVIII Dinastía la Gran Esposa del faraón a menudo es investida del título y la función de Hemet Netjer, es decir esposa de dios que corresponde a la participación activa por parte de las reinas y las princesas en el culto de Amón.” La Mujer en los tiempos de los faraones, Ed. Complutense, Madrid, 1999. Desroches-Noblecourt, Christiane,

Estas representaciones pueden observarse en los relatos visuales que aparecen en las inscripciones jeroglíficas de algunos templos y asimismo en la representación de relieves y formas escultóricas de las figuras que adquirieron el sentido de divinidades femeninas no sólo durante el apogeo de la cultura egipcia, sino que se expandieron más allá de su reinado, en otra fase de la historia.

De todos los aspectos femeninos de lo divino, Isis se manifiesta a los ojos de nuestros coetáneos como la diosa por excelencia, la más conocida, la imagen misma de Egipto, la admirable compañera de Osiris, que supo secundarle y posteriormente perpetuar el culto de su esposo, vencido por el mal, así como defender a su heredero hasta que se convirtió en adulto. En la época romana su culto se expandió por todo el mediterráneo y se edificaron templos oficiales para su mayor gloria.
Desroches-Noblecourt, Christiane, La Mujer en los tiempos de los faraones, Ed. Complutense, Madrid, 1999.

Durante el auge de la cultura helénica y la posterior expansión del imperio romano de occidente, intentamos una aproximación a la cultura grecolatina, en la cual se percibe, primero en la cultura helénica, la historia del Panteón griego, con sus dioses, donde aparecen importantes deidades femeninas, algunas de las cuales formaron la genealogía de diosas que constituyeron el soporte conceptual de las manifestaciones artísticas y literarias. Asimismo aparecen idénticas deidades femeninas en la concepción latina.

Por ello se ha afirmado la extendida concepción fundacional acerca de la referencia a la cultura helénica y a la cultura romana como sustratos fundamentales de la civilización del viejo continente, aunque mucho asimilaron en su expansión territorial de los aportes de las culturas del Oriente.

La historia antigua aporta determinadas referencias acerca de algunas mujeres con facultades para auscultar el misterio de los sucesos y poder vaticinar el futuro, mujeres portadoras de una capacidad de anticipación para leer los mensajes velados de las divinidades, ocultos en la trama de la realidad.

Según historiadores de la antigüedad, Sibila fue hija de Dárdano, gobernante troyano y de Neso, su esposa. Sibila fue una mujer dotada del poder de la adivinación. Podía comprender el significado de los sueños y describir profecías inspirada por el Dios Apolo. Tuvo gran reputación por la veracidad de sus profecías, y por extensión se dio ese nombre a otras mujeres que tuvieron ese don de profetizar el futuro.

En la antigüedad grecolatina se conocieron distintas sibilas. Se afirma que las sibilas vivían en formaciones rocosas, en grutas, y que las profecías se expresaban en estado de trance, dichas en verso, en hexámetros griegos. Surgidas en época de esplendor de la cultura helénica, se atribuye a la Sibila Herófila el hecho de haber profetizado la guerra de Troya.

En la tradición griega la sibila délfica oficiaba en el Oráculo de Delfos, así como en la tradición romana se menciona la sibila de Cumas.

Resulta válido replantearse la función de las sibilas o pitonisas en la historia de estos pueblos, en una aproximación en la cual se invoquen más allá de una concepción mítica. En otro enfoque de esta historia, propongo algunas ideas que ayudan a confirmar lo expresado anteriormente.


Mientras el Estado permanece aún en un período embrionario, prepondera la mujer como madre y determina el grado y la índole de la cultura, de igual manera que está destinada a completar el Estado destruido. (…). En tales estados se siente más ahincadamente lo que se vuelve a sentir en todas la épocas: el instinto invencible de la mujer como protectora de las futuras generaciones porque en ellas la naturaleza nos habla de sus cuidados para la conservación de la especie. La intensidad de esta fuerza intuitiva estará determinada por la mayor o menor consolidación del Estado: en los momentos de desorganización y de arbitrariedad, en que el capricho o la pasión del hombre individual arrastra a tribus enteras, la mujer se levanta repentinamente como profetisa admonitora. (…)

En este caso lo voluntad helénica forjaba siempre nuevos instrumentos para predicar la llaneza, la cordura, la moderación; pero sobre todo la Pitia fue la que encarnó como ninguna aquel poder de la mujer para equilibrar el Estado. Del hecho de que Grecia, a pesar de estar tan disgregada en pequeñas estirpes y comunidades estatales, era en el fondo una, y en su desdoblamiento no hacía sino resolver sus propios problemas, es la mejor prenda aquel maravilloso fenómeno de la Pitonisa y el oráculo de Delfos; pues siempre, mientras el genio griego elaboró sus obras de arte, habló por una boca y como una Pitonisa.
http:www.xochicalco.edu.mx/bibiotecas/100libros/libros/word/Nietzsche%20F-%20mujer%20griega.doc

A través de la progresión y asimilación de deidades al cristianismo, se identifican otras sibilas relacionadas con determinadas regiones del mundo antiguo, a quienes se atribuye que profetizaron el advenimiento de un Mesías. Profetas y Sibilas vaticinaron la presencia de un Redentor y ese mensaje se proyectaba desde el mundo pagano hasta la noción del cristianismo primitivo.

En la religión judaica también existen referencias en torno a algunas figuras femeninas vinculadas al éxodo, que aparecen en el Antiguo Testamento, consideradas como profetisas, quienes en diferentes momentos de la historia de su pueblo trasmitieron mensajes y glorificaron el nombre de Dios, enalteciendo al pueblo de Israel.

Se reconoce la existencia de siete mujeres profetisas: Sarah, la esposa del profeta Abraham desarrolló el don de la profecía; Myriam la hermana de Moisés y de Aaron; Deborah quien profetizaba y componía cantos de alabanza; Hannah, la madre de Samuel; Abigail, quien fue una de las  Jeremías, quien predijo que por la maldad del pueblo Palestina iba a ser derrotada.

Con los preceptos de la religión judeocristiana, en el catolicismo proclamado por la iglesia católica romana la posición de la mujer como vehículo de lo sagrado se desarticula de antiguos valores, se fragmenta.

En el Jardín del Edén, Eva es tentada por el mal y conmina a Adán a comer del fruto prohibido. La mujer es objeto de culpa y ambos son expulsados del Paraíso. Entonces la mujer reaparece inmaculada, como madre, la madre del Salvador y purificada por el dolor.

Acerca de María se integra la visión de la Madre del Niño Jesús, la cual ha generado la noción de advocación mariana a través de distintas denominaciones, apelativos que concurren para conjugar cualidades sagradas, así como nombres relacionados con espacios geográficos y toponímicos, como atributos de la Mujer, que asimismo recorren diversas etapas del cristianismo en las cuales se sumergió en cultos anteriores procedentes del Oriente. De este modo se articula a María, la Madre del Mesías, como Madre vinculada a la Tierra. Se van representando estas advocaciones marianas y se interrelacionan con el imaginario de otras culturas, la presencia de la Madre-Tierra y de otras diosas antiguas se une a las “apariciones” de la Virgen María en distintas regiones de diferentes contextos geográficos donde fue expandiéndose el Cristianismo, así como se genera y desarrolla el culto mariano.

Resulta válido considerar algunas ideas fundamentales, las cuales afirman que desde el siglo XII en territorios de la península ibérica la imagen de la Virgen María asume connotaciones especiales, pues aparecen representaciones de la Virgen Negra por el sentido que le otorgó la Orden de los Caballeros Templarios, que desarrollaron una visión particular de María, la madre de Jesús, y la identifican como Nuestra Señora.

Nuestra Señora fue, pues, una especial devoción templaria, pero no como sujeto divino y objeto piadoso, sino como un gran símbolo sincrético del conocimiento universal, de la Gnosis o Sophia, al modo como lo fuera para las heterodoxias cristianas de Oriente.

Entre todos los cultos orientales, presentes en la Tierra Santa medieval, sobresale uno, tanto por su vitalidad como por su multiplicidad (…); nos referimos al de la Diosa-Madre. Bajo diversas formas, en estas imágenes se adoraba a una “divinidad” femenina, una especie de diosa-madre, de tierra-madre, o más concretamente: una Diosa-Tierra, que en el área  mediterránea se manifestará bajo los nombres de Isis, Cibeles, Astarté, Demeter, Artemisa, Ceres, Isthar, etc. Diosas madres que, prácticamente todas, fueron alguna vez representadas de negro, porque dicho color es el que se utiliza simbólicamente para señalar a esa tierra primigenia que, una vez fecundada por la potencia celeste, será la fuente de toda vida: física, espiritual e intelectual. Diosa-Madre-Tierra implica indefectiblemente color negro. Porque, además, muchas de las imágenes de la Diosa antes citada habían sustituido en su lugar de culto a una “Piedra Negra”, meteórica, que era venerada en esos santuarios desde tiempo inmemorial.(…) Pues, al emplear a propósito el color negro en ciertas imágenes marianas, subrayaban de la manera más clara que para ellos la Virgen Negra era, al mismo tiempo, la María cristiana, la Diosa Tierra céltica, la Isis egipcia, la Piedra Negra cósmica y, en fin, la Gran Madre de todas las religiones, situándola dentro de una concepción iniciática religiosa, universal y sincrética del gran principio femenino del Universo.
Alarcón, Herrera Rafael, La última Virgen Negra del Temple, Ed. Martínez Roca, Barcelona, 1991.

Si esta referencia al origen de la representación de Nuestra Señora con una imagen negra data de los siglos XI y XII, es de suponer que a partir del siglo XV, cuando España extiende su poderío a las tierras del Nuevo Mundo, ya estas imágenes negras se han expandido en gran parte del territorio español, pese a la persecusión de la orden templaria y al fin de su poder religioso.

Extraído de: Oráfrica, revista de oralidad africana, nº 5, abril de 2009, p. 163-180. ISSN: 1699-1788 Entregado: 20/01/2008. Aceptado: 28/06/2008.
GUILLERMINA RAMOS CRUZ
La otra cara de Eva: diosas, sacerdotisas, sibilas, orishas: la mujer y lo sagrado



jueves, 19 de julio de 2012

CORPORACIONES, SU AMBICIOSO ROL


Reflexiones  de Sor+ Mary-Su Sarlat:
Corporaciones en General, su expansión ¿Constituyen los  Masones, Templarios y el Vaticano también sociedades corporativas? ¿Existe la Corporación sana basada en la Fe o se requiere el concurso de otros valores adicionales?.
Se puede definir a la Corporación, como la unión de personas físicas o jurídicas, agrupadas por profesión y con un objetivo común (comercial, industrial, financiero, de bien público, artístico, etc) con fines expansionistas.
En la medida de su crecimiento, la Corporación Económica se incluye dentro del Mercado de Valores, y ve incrementarse su masa societaria por medio de los accionistas que la van componiendo.
Entre las corporaciones más conocidas, tenemos a las empresas petroleras, a los Bancos salvados por Obama, Rajoy y Monti, a la industria farmacéutica y a todas aquellas factorías dedicadas a la fabricación de elementos bélicos, que son las que se llevan la palma como reconocidos pulpos. Por no hablar del Banco Mundial con su juego de prestamista principal en el rubro de las represas, (se cree que no todas ellas son necesarias), desviando ríos y sumiendo en la pobreza a poblaciones enteras con sus tierras desoladas por la sequía. Luego contamos con la General Motors, Microsoft, H. Packard, un sinfin de empresas cuya meta es la netamente comercial pero a las que van adicionando Fundaciones de diverso tipo social en la medida de su expansión. A menudo las corporaciones avizoran a empresas en crecimiento situadas en países no enteramente desarrollados y en su afán expansivo, concluyen por absorberlas de la manera que sea. Resultan, de esta manera, un máximo exponente del Imperialismo salvaje.
Este ultra desarrollo corporativo de los últimos años al amparo de la globalización, ha costado que los países periféricos deban pagar un alto precio por el incumplimiento de sus préstamos, unido a los vaciamientos empresariales  y a imposiciones políticas de diverso tipo. En Argentina hemos visto esfumarse a las empresas nacionales (inseguridad institucional, falta de ventas, el sube y baja de la paridad del dólar, exportaciones deficientes e importaciones necesarias que son frenadas por la Sec. De Comercio) ) con el agravante de que sin ellas, el trabajo es cada vez más escaso.
En los últimos 50 años,  todo parece indicar que se viene apostando fuerte a la guerra. Los tiempos se han acelerado con la fluidez de las comunicaciones y con ellos, la necesidad de mayores y más rápidas ventas y/o ganancias. Pero, nada hemos dicho de la clase de corporaciones que se muestran con un status de “sanas” pues revisten dentro del rubro alimenticio. Y éstas son las peores.
Apelan a cualquier recurso para vendernos sus comidas elaboradas, empaquetadas, enlatadas y ni qué decir de sus famosas bebidas sin alcohol. Coca-Cola es un buen ejemplo junto a Nestlé, ambas firmas ligadas al consumo diario de la gente. Y mejor no hablar de Danone y Monsanto.
Coca.Cola ha sido erradicada en buena parte de la India (ver: flowthefilm.com, ganador en Sundance Festival) a causa de que consumía más agua de la que le era permitida en detrimento de los cultivos y “regalaba” sus deshechos (como si de abono se tratase) a los campesinos hasta que estos descubrieron que contenían elementos negativos para la salud, al tiempo que advertían el empobrecimiento que se producía en las milenarias plantaciones de cocoteros con este “fertilizante” gratuito.
Tomemos el ejemplo de las aguas embotelladas, muchas veces extraídas de cualquier canilla o riacho, como se comprobó en los Estados Unidos recientemente, analizando marcas como Glaciar, Dazzani, Mountain Ice… y otras tantas.  Nestlé ha sido sancionada en el estado de Michigan por embotellar a diario el equivalente de 1.800.000 dólares, extrayendo más agua de lo permitido en detrimento de los agricultores que se han cansado de tratar de hacer valer sus derechos manifestando y yendo a los tribunales en su contra. Si nos pusiésemos a analizar las aguas que consumimos, nos llevaríamos grandes sorpresas pues la mayoría no provienen de fuentes naturales o no son químicamente tratadas como corresponde a la potabilidad de su consumo.
La corporación apela a todo su glamour. Luego de ofrecernos, aún a costa de endeudarnos, los más poderosos medicamentos a través de la colorida información provista por los laboratorios más famosos, se dan el lujo de aniquilar nuestra industria, por lo general liviana (en América Latina al menos, como el rubro de los electrodomésticos para citar un caso) y  entonces nos proveen de cuanta chatarra ande circulando. Computadoras, lavavajillas, refrigeradores, lavarropas, aviones, todo es posible viniendo de la Corporación. De esta forma somos un ejército de consumidores que no genera trabajo. Pero para ello, antes de vendernos lo que sea, apelan a una publicidad ingeniosa que nos termina “creando” la necesidad imperiosa de la adquisición de determinados artículos.
La ropa de marca, los perfumes, la marroquinería fina, constituyen eslabones que facturan siempre en alza. La globalización nos ha acercado productos fabricados a miles de kilómetros de casa, mas no ha elevado el nivel de vida de los habitantes de los países del tercer mundo o en vías de desarrollo.
Y envueltos entonces en este poderoso despliegue de elegancia y aromas, pocas veces nos damos cuenta de que nos invaden de la manera que sea. Así, al tiempo que compran nuestras tierras ventajosamente, (Patagonia argentina, buen ejemplo de esto que menciono) van adquiriendo el manejo y la disposición discrecional del agua, del mismo modo que irán apoderándose de nuestras voluntades cuando ya no tengamos más nada que ofrecer. Esto se aprecia en la Triple Frontera (Paraguay-Brasil-Argentina), se huele en el aire en esa confluencia de los ríos Paraná e Iguazú, donde toda esa naturaleza que se muestra como “intocada”, está al fin de cuentas, “desprotegida”. Y es precisamente la Provincia de Misiones uno de los lugares más olvidados de la Argentina por los gobiernos de turno. El día menos pensado tendremos operando allí cantidad de empresas foráneas que, con el cuento de dar trabajo, se harán con nuestros recursos y nos obligarán a pagar por ellos en moneda extranjera. Ya ha pasado con la madera, el combustible  y el gas, y más tarde de no estar alertas, será el turno del agua.
Si es necesario fomentarán una guerra que nos comprometa (en el caso de Argentina, todo apunta a ciertos movimientos concernientes a Malvinas por la instalación inglesa de una plataforma petrolera), la promoverán, incentivarán nuestro patriotismo  y luego también nos venderán sus armamentos para defender las islas, dado que los nuestros no bastan o son obsoletos. Tomemos el ejemplo de Irak, allí fueron a sangre y fuego buscando algo que no encontraron y continúan destrozándolo todo en vez de pensar que ya es hora de recomponer lo que cayó bajo el impacto de bombas y morteros. En ese todo destrozado, están los miles de vidas perdidas, y eso es algo que ya no tiene arreglo. En tanto, están los civiles aterrados, oponiendo la resistencia que pueden. Mas esto, ¿le importa siquiera un ápice a la Corporación?
¿Y qué hacen las Naciones Unidas frente a esto? Su actitud es deplorable, conciliatoria por lo general con los poderosos, carente de resultados efectivos y con una mirada cortoplacista de los hechos al no preguntarse por las causas que los generan y poner al acento en ellas. Mediocre organismo que no engaña a nadie en estos tiempos.
Al actuar por sobre la voluntad de los gobiernos, las corporaciones envían soldados por doquier en aras de la tan mentada libertad. Tanto civiles como militares van perdiendo la vida y al final de cuentas, la cosa concluye con que el país “defendido” se halla endeudado y lejos de resolver el problema que el invasor proclamó a los cuatro vientos cuando fue a “salvarlo”. Vendrán entonces, como siempre lo hacen, a reconstruir y a ofrecer dineros en préstamo para que nos levantemos. Por eso, a estar atentos con el tema “Malvinas” y con el de las ayudas financieras para levantar a los países arrasados.
La corporación es tremendamente seductora, tiene maestría para conquistar voluntades.
Vayamos a sucesos reales. Obama ha hecho cantidad de promesas en su campaña, promesas estas que le serán cada vez más difíciles de cumplir. Tiene en su contra a 25 estados ligados  a la industria del carbón, sin contar los demás contaminantes atmosféricos resultantes del desarrollo industrial. Vemos entonces que la Corporación en su conjunto maneja a los Presidentes más preclaros y moderados. Y este es solamente un ejemplo. A duras penas marcha la implementación del nuevo sistema de salud y la situación de los ilegales no pasó de ser promesa de campaña hasta el momento.
Como Templarios debemos defender los derechos de la Tierra, de la tierra sagrada de cada uno, de nuestra Jerusalem interior forjada a través de las convicciones por las cuales dejaron su vida nuestros Hermanos Mayores. Con frecuencia decimos que el ser humano no tiene peor enemigo que uno mismo.  Y ese enemigo subyacente se potencia cuando soslayamos nuestras convicciones y tomamos actitudes que tienen más que ver con la programación de un baile de disfraces que con la planificación del esfuerzo mancomunado. Y no vayamos muy lejos, pues tamaña falta de compromiso la vemos en el comportamiento internacional de ciertos Prioratos de la querida Orden. ¿Por qué claudicamos de lo que juramos defender? Pues, de un modo simplista se podría aseverar que, en la medida que engalanamos nuestro exterior con inmejorables uniformes, nos vamos desvistiendo internamente en lo que respecta a despojamos de nuestras convicciones. De esto ya nos previno san Bernardo siglos atrás cuando se cansó de exhortar a los templarios a no mostrarse engalanados como caballeros de la corte. Y no entremos a mencionar lo tan consabido de la utilización de los títulos falsos de nobleza. Una vergüenza absoluta de muchos que se dicen Templarios.
¿Y la Iglesia católica? ¿Qué sucede con la Iglesia como Corporación? En la medida en que la figura del Pescador de Hombres y su sencilla apariencia fue quedando atrás, los edificios y ropajes se hicieron más ostentosos emulando a aquellos de la realeza, y, lamentablemente, fue perdiendo parte de su sustento, cuando no credibilidad ante los ojos de las personas.  Fue allí que como Corporación monolítica, hubo de apelar a la Inquisición como modo seguro de reafirmar su autoridad declinante por sobre los hombres. Pero si la iglesia romana conquistó estados, fundó bancos y demás, ¿Qué hizo la Orden del Temple y luego a través de ella, la Masonería? ¿También ellas actuaron al estilo de las actuales Corporaciones? De ser así, ¿qué medios usaron para expandirse? Llegados a este punto, indefectiblemente nos enfrentamos a la pregunta del millón: ¿Existe la corporación sana, fraterna, solidaria, respetuosa de los derechos de cada quien? Hagamos un poco de memoria:
Nacida humildemente de la voluntad del sabio fundador del Císter, y bendecida por la iglesia católica de Roma, la Orden del Temple alcanzó una supremacía increíble en sus casi dos siglos de historia. Y fue de regreso a casa, poseedora de enormes riquezas pero habiendo perdido Tierra Santa, (para algunos historiadores ya sin motivación aparente dentro de la Europa de entonces) que pasó a ser considerada altanera y, por añadidura, sus innegables recursos codiciables en extremo. Todos, rey y papa, querían hacerse con el botín apelando a la estratagema que fuere. Así, esta corporación basada en la dualidad del monje y del guerrero, se encontró amenazada por la alianza férrea de otras dos corporaciones mayores: La iglesia, que no dudó en desplegar su poder sin fronteras para destruirla y el Rey Felipe, quien apeló a sus pares monarcas de Europa para aunar fuerzas con vistas a su objetivo final. En el caso de la desaparición (que no fue así, como veremos mas adelante) de la Orden del Temple, observamos a las fuerzas de poder de la época, unidas en mancomunada  estrategia para sacarse de encima a quien consideraban su enemigo común.
Pero el Temple les ganó de mano y se ubicó en Escocia donde la lista de excomulgados en el ámbito de las dirigencias de diverso tipo, parecía no quitar el sueño a nadie. Es más, en la época de la diáspora de nuestros hermanos mayores, hubo obispos excomulgados por haberse aliado políticamente con el bando de los rebeldes escoceses, desobedeciendo de este modo a la autoritaria Inglaterra, quien por entonces era católica romana y por ende, contaba con el apoyo del papado. Robet Bruce o de Bruce, futuro Robert I de Escocia, fue dos veces excomulgado y según se cuenta, sentía un singular apego por las tradiciones celtas.
Los poderes europeos continentales desestimaron los recursos humanos de la Orden y la creyeron en franca retirada, cuando no aniquilada. Cayeron en un error de cálculo que hasta el día de hoy están pagando los sucesores de la Conspiración. Como corporación poderosa que también fue el Temple, supo utilizar sus recursos y apeló al arma sutil de los contactos y alianzas de los buenos tiempos idos.
Muerta en gran parte en las hogueras, desaparecida en sus barcos con destino vaya a saber donde, la Orden sobrevivió en Escocia y dio origen a otra corporación que, sin el Temple no hubiese tenido razón de ser pues ni siquiera hubiese nacido: La Masonería. Sin Orden del Temple no hay Masonería y es luego de leer Masones y Templarios, Sus Vínculos Ocultos, (autores Baigent y Leight) que tengo más claro que nunca este concepto, aunque los historiadores universitarios digan lo contrario. Y les diré el por qué.
La Orden se cobijó en los oficios, en los ejércitos, en los claustros, y a fin de sobrevivir, se secularizó. Se sabe que ciertos templarios se casaron, probablemente con oriundas de clanes poderosos como los Campbell, señores de Kilmartin,  en Argyll, y fue bajo esa unión de la sangre que sobrevivieron sus premisas hoy expandidas por doquier. Quien estudie la evolución de las insignias grabadas en las lápidas del viejo cementerio de Kilmartin, sabrá a qué me refiero.
El espíritu del Temple puesto a salvo en Escocia, basado en la Fraternidad entre los hombres, puso la semilla de la Masonería, la que, blandiendo el estandarte de las libertades de raza y culto, emigró posteriormente a las colonias de América del Norte y conformó la nación más pujante de la Tierra (no digo que sea la más justa, atención a esto).
 La familia Sinclair, por entonces St Clair, es un buen ejemplo de lo que estoy relatando. Sus militares, masones del rito escosés, fueron a defender los territorios de Su Majestad y muchos de ellos se asentaron allí. Sus descendientes hoy se cuentan por centenas sobre todo en el Este americano y también en la región denominada Columbia Británica de Canadá.
Sin el Temple jamás pudo haber Masonería. Y es dentro de esos códigos de convivencia entre razas y credos, también cruzando el Atlántico, que esta Orden creció anónimamente al amparo de otra hermandad más nueva.
De modo que respondo plenamente a que el Temple fue y sigue siendo una corporación de las sanas de esas que los poderes conspirativos no lograron erradicar, ni menos aún, entorpecer su crecimiento pese a la hoguera, del mismo modo que su hija la Masonería ha jerarquizando uno de sus grados superiores con el título de Caballero Templario o Caballero Kadosh.
 Con el barón Von Hund y su juramento de obediencia permanente a los misteriosos “superiores desconocidos”  se dio origen a lo que se conoce como la regla de la Estricta Observancia. Los miembros de la Estricta Observancia, provenientes de la masonería jacobita, creían y creen estar legítimamente autorizados a definirse a sí mismos como “Caballeros del Temple”.
Así, mientras que en Europa levantamos nuestros templarios estandartes de entre las cenizas del verdugo, en América del Norte nos consolidamos más dentro que fuera de la Masonería. Y no hay un solo estamento de poder en Estados Unidos que no cuente con masones en sus filas. Yendo aún más lejos, hasta podría afirmarse que allí cristalizó la unión de las tres corrientes monoteístas pronosticada por el antiguo Temple, en base a la pluralidad masónica. Es reconociendo este parentesco, que ya no tenemos que preocuparnos más por el logro de este objetivo de nuestros Hermanos Mayores.
Sin embargo, mientras los masones tienen su apoyatura en la Razón como sustento para alcanzar la Sabiduría, nosotros los Templarios reafirmamos nuestra Espiritualidad como medio de acercarnos a esa misma Sabiduría. La diferencia estriba en la iniciación “Antropocéntrica” de los masones  y su equivalente “Teocéntrica”  de la Orden del Temple. Quizá el Camino ayude a encontrarnos bajo un mismo lema, pero de momento contamos con una desigualdad innegable.  Es muy difícil el tránsito a través de la dualidad Razón / Fe, pese a la existencia de la raíz templaria que dio sustento a la fundación de la Masonería.
Imitando a Europa, pero reafirmando nuestras convicciones,  los neo templarios de América Latina hemos resurgido a fuerza de empeño y no pocos choques con las mismas órdenes que nos vieron nacer. Pese a ello, estamos consolidados y lo estaremos más aún en los años por venir.
¿Qué necesitamos un reconocimiento? ¿De quién, me pregunto? Hay quienes dicen que ese reconocimiento debe venir de la Iglesia Católica. Personalmente, no creo en eso. Tenemos el aval de las hermandades de Occidente, y un objetivo común que alcanzar. Ya va siendo hora de que evitemos los litigios  entre órdenes y su secuela de desgastes. También es menester reconocer que los tiempos han cambiado y pese a algunos tristes ejemplos de la actualidad, ha quedado claro que las guerras de religión son una rémora.
Finalmente, respondamos esa última pregunta del titulado: “¿Existe la corporación sana basada en la Fe o se requiere algo más?” Sí, existe la Corporación sana basada en la Fe, pero también en la Hermandad de los hombres que se traduce en el amor al prójimo, en la Nobleza de espíritu, en la Caballerosidad, en la Justicia, en el Respeto y en todos aquellos principios que nos catapultaron como Orden.
Pero atención; si estos códigos se dejan de lado las asociaciones laicas y/o religiosas tenidas por sólidas, caen indefectiblemente en pedazos, demostrando que solamente supieron constituir un conglomerado de oportunistas. La Historia nos provee de sobrados ejemplos al respecto. El ocaso de algunas civilizaciones hegemónicas perdidas en la bruma de los tiempos, es solo un pantallazo respecto a aquello de que los logros materiales no perduran sin sustento moral e ideológico.
Como templarios, demostremos con nuestras acciones que la Corporación honesta es posible.
Sor+ Mary-Su Sarlat, Canciller para la Orden del Temple, Priorato General de Argentina.

sábado, 7 de julio de 2012

UN SECRETO PITAGORICO EN VALDERROBRES




Javier García Blanco | Arte secreto – jue, 3 may 2012

La principal herramienta de los maestros de obra medievales era la geometría, una disciplina que todo constructor tenía la obligación de dominar a la perfección.

Con la única ayuda de figuras geométricas simples, como el círculo, el cuadrado y el triángulo, los constructores eran capaces de crear las plantas y los alzados más complejos y hermosos.

A pesar del dominio que mostraban en esta disciplina, la base de dicho conocimiento no era un logro propio, si no que procedía de la Antigüedad, siendo la llamada 'Escuela Pitagórica' la que se hizo más célebre por aplicar dicho saber.

[Relacionado: Las misteriosas marcas de cantero]

La secta creada por este sabio de Samos en el siglo VI a.C. fundamentaba todas sus enseñanzas en la importancia del número como medida de todas las cosas. Pitágoras y sus seguidores no veían los números —y las figuras geométricas que se derivaban de ellos— como simples cifras, sino que les atribuían un valor simbólico y místico.

Así, entre los números considerados "divinos" por los pitagóricos destacaba el 10, cuyo resultado se obtiene sumando los cuatro primeros números enteros: 1, 2, 3 y 4.

Esta cifra, la Década, era representada por medio de una figura geométrica llamada 'tetracktys', un triángulo equilátero formado por una base de cuatro puntos, que según iba ascendiendo tenía uno menos, hasta llegar a la cúspide, con uno solo.

Si nos acercamos hasta la bella población turolense de Valderrobres, en la comarca del Matarranya, descubriremos con sorpresa que su imponente iglesia gótica de Santa María la Mayor posee un singular vano triangular que representa, ni más ni menos, que la 'tetracktys' pitagórica.




En este caso, el maestro de obras dio forma a la 'tetracktys' (el cuarto de los llamados 'números triangulares') por medio de triángulos equiláteros más pequeños, otra de las formas de representar esta figura sagrada para los pitagóricos.

Pero, ¿por qué decidieron los constructores de este templo cristiano incluir un símbolo de origen pagano? Como decía al principio, los maestros de obras medievales habían heredado parte del saber matemático y geométrico de los pitagóricos, y aquí lo aplican con un significado cristiano.

[Relacionado: Cada 21 de marzo se produce el 'Milagro de la Luz']

Para los pitagóricos la Década o 'tetracktys' era un símbolo de la base de todos los números, de los cuerpos regulares e incluso de los acordes musicales esenciales. Era, en definitiva, el símbolo del Universo mismo.

Aplicándolo a la doctrina cristiana, que en la Edad Media y según los escritos de San Agustín veía a Dios como arquitecto del Universo, la 'tetracktys' era una magnífica forma de representar a la divinidad. Eso explica, por lo tanto, su presencia en la iglesia de Valderrobres.

Sor+Mary-Su Sarlart 
Enviado por Editorial Ituci Siglo XXI de Sevilla

sábado, 23 de junio de 2012

JANO, JUANES Y LAS PUERTAS DE LOS HOMBRES Y DE LOS DIOES




El término solsticio proviene del latín solstitium que significa “Sol sistere” o “Sol quieto”. Los solsticios son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo y la duración del día o de la noche son las máximas del año.  Desde un punto de vista simbólico, la festividad de los Solsticios es de suma importancia, y así ha quedado constatado en todas las tradiciones y culturas a lo largo de la historia de la Humanidad.

Para el Cristianismo, durante la época solsticial de invierno tiene lugar la venida de Jesucristo y en el solsticio de verano se celebra  la festividad de San Juan Bautista. Jesucristo significa la salvación de la Humanidad hacia una vida espiritual superior, a través de la redención del alma; y San Juan Bautista es quien  identifica a quien tiene que venir, al Mesias: Preciso es que El crezca y que yo mengue (Evangelio de San Juan). Así mismo, el Cristianismo sitúa la festividad de San Juan Evangelista en el solsticio de invierno, siendo éste el evangelista más crístico y de especial importancia para la Tradición Templaria.

En la Tradición Hindú, los solsticios representan las puertas del cosmos, la Puerta de los Hombres (solsticio de verano) y la Puerta de los Dioses (solsticio de invierno), coincidiendo con la Tradición Pitagórica y la Tradición romana de Jano.

Etimológicamente la palabra Juan se relaciona con el vocablo latino Janua cuya traducción es puerta y del que se deriva januarius, enero, o iniciación. La letra griega Delta, de forma triangular, significa puerta, y era  utilizada por los  antiguos en las puertas de acceso  a los templos iniciáticos.

El Cristianismo sustituye el vocablo Janua o Janus etrusco y su equivalente Saturno  (regente del Tiempo) de los frigios y los griegos por San Juan.

Jano para los romanos  tiene una triple faz, dos caras,  una opuesta a la otra, una hacia el solsticio de invierno (signo de Capricornio) y otra hacia el solsticio de verano (signo de cáncer) y una tercera cara ausente que representaría al momento presente, desconocido para el hombre ligado al devenir del tiempo.

Jano era a la vez el dios de la Iniciación a los Misterios y el de las corporaciones de arquitectos, presidía los Collegia Fabrorum, escuelas iniciáticas vinculadas con el ejercicio de la construcción y antecesores de los gremios de constructores medievales. Jano era un antiguo dios asirio-babilónico, y para los romanos precedía todo nacimiento, de hombres, del cosmos o de las acciones venideras. Lleva dos llaves, por lo que se le relaciona con una deidad de aperturas o de inicios; Para el Cristianismo las llaves de Jano, en su simbología abren y cierran el “Reino de los Cielos y el de la Tierra”, una llave es de oro y otra de plata. Aunque la Tradición Cristiana convierte a Jano en los dos Juanes, su antiguo simbolismo permanece invariable.
Este rito da testimonio de las enseñanzas transmitidas por los Antiguos: la vida es cíclica, todo cuanto se ve animado por la vida crece y decrece, y gracias a la existencia de dos “puertas” liberadoras, la Puerta de los hombres y la Puerta de los dioses, el hombre deja de ser el eterno prisionero del tiempo y de las Tinieblas.

lunes, 18 de junio de 2012

Ser Hombre-Mujer-Persona

Las diferencias entre hombre y mujer vienen en función del cometido físico que venimos a desempeñar en este mundo (la reproducción).

Nuestra alma, nuestro espíritu es lo que es, no es cuestión de género.

Como mujeres no necesitamos el reconocimiento de iglesia alguna, si no el propio reconocimiento de nosotras mismas. Si no nos conocemos, si no nos amamos ¿De qué sirve el reconocimiento ajeno? Sólo a través del propio podemos crecer y ser.

Nuestro Señor recuerda a unos y otros nuestra igualdad, defiende la reciprocidad entre hombres y mujeres y esto ha sido tergiversado por los intereses patriarcales establecidos, sometiéndonos a ellos y relegándonos a un plano claramente inferior.

¿Y qué? Sólo nosotras podemos restituir a la Mujer, reconociéndonos como tales, uniéndonos cuando sea necesario y siendo fuertes, conscientes de qué y quién somos, repeticiones de Eva, pero no de la Eva pecadora, sino de Eva complemento del hombre, de igual a igual, de su misma esencia, de la misma naturaleza que el Padre.

Hasta que no lo asumamos, defendamos y ocupemos nuestro lugar por nosotras mismas, no por que nos restituya nadie, seguiremos navegando a la deriva entre los hombres. Resulta increíble que seamos nosotras sus primeras educadoras.

Todos podemos ser testigos mudos o no de la vida, de la pasión y de la resurrección, no sólo de Nuestro Señor, si no de los hijos de Dios, sus hermanos, todos aquellos a quienes al hacérsele daño se lo hacen a él. Ser voz o no es elección nuestra. Si decidimos serlo, seremos testimonio del Alfa y la Omega, de la Palabra, de la Obra, de la realidad de ser de todos y cada uno, desde Nuestro Señor Jesucristo, Nuestra Sra. María Magdalena, de todas las inocentes víctimas de la inconsciencia, de lo que no es, desde el principio hasta la actualidad, restituyéndolos al hacerlo.

Dios está en todas partes, no es propiedad de una iglesia, credo, comunidad, etc. en particular. El ser Templo suyo no depende de iglesia alguna. Depende de nuestra voluntad de serlo y de Su aceptación. A Mª Magdalena nadie le pudo quitar la realidad de ser quien era, su amor a Nuestro Señor y su mensaje. Se habrá dañado su imagen, se habrá ocultado o difuminado, pero no su existencia. ¿Imposible anularla? Por algo será.

Importante es el aquí y el ahora y lo que hagamos en ellos.

Lo trascendental es, siendo hombre o mujer, ser Persona, ser Humano en plenitud. Seámoslo.

Llegado este punto agradecer a Sorortempli, por permitirnos a través de sus páginas, expresarnos, compartir, contrastar, comunicarnos..., y estrechar lazos como hermanos que somos, independientemente de nuestro 'género' hombre-mujer,  unidos en el amor a Xps.


miércoles, 13 de junio de 2012

El Vaticano y la Mujer

Llegados a estas épocas actuales, quién en nombre de Dios, puede creer estas patranas que vienen de largo y que han perdido todo sustento, si es que alguna vez en la historia lo tuvieron?
Luego de los primeros tiempos, la Iglesia católica se trazó un camino político institucional que conllevó a etiquetar como verdades, inventos tomados con fines meramente patriarcalistas y políticos.
Qué pasó con nuestra Iglesia? En que etapa o serpenteo del camino se quedó varada y perdida?
Por qué entró en componendas y falsedades como cualquier otro Estado no religioso del mundo, si era la representante del Unico Dios en la Tierra?
Es evidente que , o todos somos ciegos y acatamos estas mentiras que aún hoy en día se empecinan en hacernos creer, o usamos nuestra razón y buen tino para plantear las injusticias y sacar a la luz los manejos a que nos han sometido a lo largo de centurias.
No nos tomen por tontos, no nos desprecien como cristianos, respétennos en tanto que hermanos en la Fe y eviten tratarnos como súbditos. Esas épocas ya pasaron, sería bueno que alguien se las recordase al Papa y a su séquito más retrógrado.
Felicitaciones por vuestro blog, queridas hermanas en Cristo.
Que la luz de Nuestra senora nos ilumine en todo momento para no perdernos en los laberintos fabricados por las mentiras de quienes nos dirigen (o tratan sin éxito).
Vuestra,
Sarlat, Mary Su,
Hermana Templaria

EL VATICANO Y LA MUJER




Ahora que tanto se habla del Vaticano y de sus luchas internas y de sus triquiñuelas muchas de ellas presuntamente delictivas e incluso criminales, ahora que sabemos que dentro de esta burbuja de hierro en la que se mueven los privilegiados de la Iglesia ocurren presuntamente brutalidades sin cuento, creo que es un buen momento para hablar de la misoginia de la Iglesia perpetrada como un ejemplo por los papas y sus secuaces y demostrada hasta la saciedad con la defensa de unas creencias que se han transmitido a la sociedad de siglo en siglo, jamás desmentidas , y por un comportamiento social y político contra la mujer por parte del ejército de párrocos, obispos y cardenales que no tiene desmentido posible.


Nunca hemos tenido fe en la defensa de los derechos de la mujer por parte de la Iglesia por más que tanto humildes sacerdotes como orgullosos obispos hayan presumido de una doctrina sobre ella, que la defendía de todos los males que en el mundo la amenazan. Las mujeres, sin embargo, no queremos protección sino solo igualdad en dignidad y derechos. De hecho la mejor prueba de la misoginia de la iglesia reside en el hecho de que a la mujer no se le permite ser ministro de dios, y por algo tiene que ser, porque de ser iguales que los hombres no habría motivo para negarle ese privilegio. Por tanto es fácil argumentar que para la Iglesia las mujeres somos inferiores, sea social, económica o moralmente hablando, sea como habitantes de segunda categoría de la Tierra, el poder de la cual reside en el hombre de donde proceden los ministro de Dios, la cohorte celestial que vela en torno a su legal representante. Es la Iglesia la que ha adjudicado durante siglos la impureza a la misma identidad de la mujer como lo demuestra que hasta hace muy poco tiempo, las madres debían ir a purificarse en cuanto había nacido su hijo. Nos falla la memoria pero yo que tengo una edad provecta no solo recuerdo cuando este rito era preceptivo sino que yo misma tuve que ir con una vela encendida siguiendo a la comadrona que con el recién nacido en brazos me abría el paso hasta la parroquia donde un cura vestido con alba blanca y armado de un hisopo nos recibió a golpes de agua bendita y parrafadas de latinajos hasta que consideró que ya me había purificado lo suficiente y me despidió haciéndome hincar la rodilla ante el sagrario. Pero no recuerdo que el padre de mi hijo tuviera que hacer lo mismo que yo hice porque como me dijo el cura cuando quise saber el motivo, los hombres no son impuros a no ser que lo quieran ser. Al parecer la Iglesia considera que nosotras lo somos queramos o no, por esencia, es decir, nacemos en el fango de la impureza, por esto no podemos ser ministros de dios.

Es la Iglesia la que ha elegido una de las epístolas de san Pablo a los Efesios donde se dice que la mujer estará sometida al marido, para que le sea leída a la novia el día de su matrimonio y se entere bien de que la libertad social, física, económica y de pensamiento no se ha hecho para ella. Es la Iglesia la que durante siglos y creo que incluso hoy en día ha oído las súplicas pidiendo ayuda de las mujeres maltratadas recomendándoles, o mandándoles simplemente, que aguantaran por el bien de la familia, y es la iglesia la que nunca protestó frente a unas leyes franquistas que marcaban la diferencia de delito entre el adulterio de la mujer y el del hombre condenándola a ella a penas diez veces superiores a las del hombre cuyo pecado ya quedaba disminuido por el cambio de nombre, que para él no era adulterio sino simplemente amancebamiento. La retahíla de reproches no tiene fin en una institución que además tiene como referente una figura, la de Cristo, que nunca jamás se definió en contra de la mujer, ni montó ninguna teoría sobre su origen y pureza, ni mandamiento alguno sobre su sometimiento y comportamiento, y que la única vez que los fariseos frente a una mujer que iba a ser lapidada por adulterio le requirieron que se definiera dijo: "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra".

Una primera piedra que el Vaticano en peso no ha dudado en tirar contra lo que suponía una pérdida de intereses o incluso de influencia y que cuando hubiera tenido que tirarla contra sí mimo no hizo más que esconder la basura bajo la alfombra pagando indemnizaciones millonarias a las víctimas con la condición de que sus múltiples y asquerosos delitos sexuales no salieran a la luz pública.

El Vaticano, el Estado menos democrático del mundo, el que no tiene empacho alguno en practicar la adoración de su líder, al menos a simple vista, que a lo largo de su historia ha practicado el asesinato, la corrupción, el afán y la exhibición de riquezas, la lucha por el poder, y muchos otros asuntos que escandalizarían a Cristo si volviera a resucitar, es un reducto donde la mujer solo aparece como sirvienta, enfermera, monja vigilante, y presuntamente practicante de las labores de su sexo, pero a la que se le ha negado cualquier tipo de actividad que suponga pensamiento, estudio o criterio, no se la ha dejado entrar ni en las salas de reuniones de los cardenales ni siquiera en los centros de estudios ni por supuesto en los ámbitos donde se toman las decisiones. Para el Vaticano la mujer sólo existe si se limita a actuar como una servidora al servicio de lo que sea y de quien sea. Ahora que se nos habla de la presunta desaparición de una joven en el agujero negro de esta casa de dios hace ya unas décadas, presuntamente por vergonzosas actividades a las que fue sometida por los esbeltos cardenales, creo que vale la pena recordar lo que se nos deja ver del Vaticano para que nos demos cuenta de que efectivamente no hay mujeres como tales en este Estado minúsculo y tan antidemocrático como el peor, como una manifestación de su profunda creencia de que la mujer no sirve ni ha de servir para otra cosa que para servir, a no ser que acepte su condición de esclava del señor y acuda cuando pueda la plaza de san Pedro y con sonrisa meliflua y alegremente arracimada con sus congéneres aplauda con pasión al papa que le despoja de su dignidad y le niega sus mas eleméntales derechos, los que corresponden a un ser humano completo con todas las facultades mentales y emocionales que supuestamente el dios al que adoran le concedió al crearlo. ROSA REGAS

FUENTE : http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2012/06/11/el-vaticano-y-la-mujer.html

martes, 5 de junio de 2012

RECUPEREMOS LA ESENCIA CRISTIANA PESE A LA OPOSICION DE LA ACTUAL IGLESIA USURPADORA



 
 
 
Un acercamiento al Cristianismo primitivo desde el estudio del papel que desempeñó la mujer en aquellos momentos, nos acerca tanto al conocimiento del mensaje liberador de Nuestro Señor, como a un reconocimiento de la verdadera función discipular y apostólica que ejercieron las mujeres, y con ello a una integración de la Humanidad en la sociedad actual.
No se puede aceptar la visión dada por una mentalidad patriarcal con unos intereses partidistas que han relegado a la mujer a un segundo plano y a un sometimiento a la figura masculina. No se puede aceptar la interpretación incluso la falsificación que se ha hecho sobre la historia de Nuestra Sra. María Magdalena, la Apostol de los Apostoles, clasificándola de prostituta y pecadora. No se puede aceptar que no había discípulas entre los seguidores de Jesucristo, recordemos el pasaje de la Samaritana. No se puede relegar a un segundo plano a las mujeres, cuando fueron ellas las primeras testigos de la Resurrección de Nuestro Señor y las que estuvieron a su lado en el momento de la Pasión.


En el Nuevo Testamento no aparece palabra dicha por Jesús que sea discriminatoria o dañina para la mujer, sino todo lo contrario. Jesús restituye la dignidad tanto a los hombres como a las mujeres. Jesús dijo: “Quien cumpla la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Jesús defiende la reciprocidad total de las relaciones entre el hombre y la mujer, basándose en la igualdad de su condición personal y ante Dios.


Es el movimiento de Jesús, un movimiento de renovación que cuestionó las instituciones sociales y religiosas, es un movimiento integrador, donde todos eran aceptados independientemente de su condición social, estatus o sexo. En palabras de Schürmann: “Que Jesús admitiera mujeres en su seguimiento es ciertamente un comportamiento muy escandaloso en el contexto palestino, que debía dar un estimulo inicial para la situación social y religiosa de la mujer en la iglesia y fuera de ella... Con su comportamiento sin prejuicios Jesús libera fundamentalmente a la mujer para una consideración social... Las mujeres están presentes con toda naturalidad en las reuniones de los discípulos de Jesús; tienen en la vida de la comunidad tareas importantes".


Hay que tener en cuenta que el Nuevo Testamento se canoniza en un momento de patriarcalización, con fuertes polémicas y en pleno proceso de institucionalización. Por este motivo, no podemos ceñirnos únicamente al estudio de los Evangelios canónicos y es muy interesante la lectura y estudio de la literatura apócrifa.

En los Evangelios apócrifos Nuestra Señora María Magdalena ocupa un lugar fundamental; En el Evangelio de Tomás consta el antagonismo entre Pedro y María Magdalena, en el que Pedro dice:” ¡Que se aleje María de nosotros, pues las mujeres no merecen la vida!”


En otro momento Pedro dice "Señor mío, no podemos soportar a esta mujer, porque habla todo el tiempo y no nos deja hablar a nosotros". María Magdalena, a su vez, se queja y apenas se atreve a hablar, porque Pedro, odia a las mujeres, la intimida. Pero Jesús contesta: “quien recibe la revelación y la gnosis debe hablar y da lo mismo que sea hombre o mujer”.


Jesús declara a María Magdalena bienaventurada y afirma que puede hablar francamente, porque su corazón está dirigido al cielo más que el de los otros discípulos.


Esta discusión entre Pedro y la Magdalena refleja el debate existente en la primitiva iglesia sobre el papel de las mujeres en la transmisión de la revelación y la Tradición.


En el Pistis Sophia, María Magdalena tiene un lugar privilegiado entre los discípulos. Ella es quien plantea treinta y nueve de las cuarenta y seis preguntas que hacen a Jesús y también destaca en las interpretaciones que ella hace.


Es en el Evangelio de María Magdalena el que mejor refleja la polémica en la iglesia primitiva sobre el papel de la mujer: Después de haber escuchado a esta mujer, Andrés dice: "Decid lo que pensáis sobre lo que ella ha dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya proferido cosas semejantes" [15]. Pedro, igualmente, se interroga: "¿El Salvador ha hablado con una mujer a escondidas de nosotros? Pero ¿es que debemos ponernos a la escucha de ella, como si fuera preferida a todos nosotros?" [16]. María se echó a llorar y se dirigió a Pedro: "Hermano mío, Pedro, ¿qué piensas? ¿Crees, quizá, que me he inventado estas cosas o que digo mentiras en lo que respecta al Salvador?" [17]. Entonces Leví, tomando la palabra, responde a Pedro: "Pedro, tú siempre eres colérico. Observo que tratas a las mujeres como si fuesen enemigos. Si el Señor la ha hecho digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Ciertamente el Salvador la conoce muy bien. Por eso la ama más que a nosotros. Es mejor que nos avergoncemos, nos revistamos del hombre perfecto, nos formemos (o ¿nos separemos?) como él nos ha mandado y prediquemos el evangelio, sin imponer más mandato o ley que lo dicho por el Salvador" [18].


En los principios del Cristianismo, María Magdalena tuvo un protagonismo igual o superior al de Pedro, sin embargo en los Evangelios canónicos se da una prioridad absoluta a Pedro y se margina a Nuestra Señora; Por el contrario en los Evangelios Apócrifos se mantiene muy vivo el recuerdo y el reconocimiento hacia Ella.


Es importante recuperar el significado del antiguo cristianismo, el mensaje liberador, fraternal y ecuánime que Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó.

domingo, 3 de junio de 2012

CUANDO LAS MUJERES ERAN SACERDOTES

Durante los últimos meses han aparecido numerosos documentos y declaraciones de teólogos y teólogas, grupos de sacerdotes y religiosos, movimientos cristianos y organizaciones cívico-sociales, e incluso de obispos y cardenales de la Iglesia católica, pidiendo el acceso de las mujeres al sacerdocio. Todos ellos consideran la exclusión femenina del ministerio sacerdotal como una discriminación de género que es contraria a la actitud inclusiva de Jesús de Nazaret y del cristianismo primitivo, va en dirección opuesta a los movimientos de emancipación de la mujer y a las tendencias igualitarias en la sociedad, la política, la vida doméstica y la actividad laboral. El alto magisterio eclesiástico responde negativamente a esa reivindicación, apoyándose en dos argumentos: uno teológico-bíblico y otro histórico, que pueden resumirse así: Cristo no llamó a ninguna mujer a formar parte del grupo de los apóstoles, y la tradición de la Iglesia ha sido fiel a esta exclusión, no ordenando sacerdotes a las mujeres a lo largo de los veinte siglos de historia del catolicismo. Esta práctica se interpreta como voluntad explícita de Cristo de conferir sólo a los varones, dentro de la comunidad cristiana, el triple poder sacerdotal de enseñar, santificar y gobernar. Sólo ellos, por su semejanza de sexo con Cristo, pueden representarlo y hacerlo presente en la eucaristía. Estos argumentos vienen repitiéndose sin apenas cambios desde hace siglos y son expuestos en tres documentos de idéntico contenido, a los que apelan los obispos cada vez que los movimientos cristianos críticos se empeñan en reclamar el sacerdocio para las mujeres: la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe Inter insigniores (15 de octubre de 1976) y dos cartas apostólicas de Juan Pablo II: Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988) y Ordinatio sacerdotalis. Sobre la ordenación sacerdotal reservada sólo a los hombres (22 de mayo de 1984). La más contundente de todas las declaraciones al respecto es esta última, que zanja la cuestión y cierra todas las puertas a cualquier cambio en el futuro: 'Declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia'. Es verdad que la historia no es pródiga en narrar casos de mujeres sacerdotes. Esto no debe extrañar, ya que ha sido escrita por varones, en su mayoría clérigos, y su tendencia ha sido a ocultar el protagonismo de las mujeres en la historia del cristianismo. 'Si las mujeres hubieran escrito los libros, estoy segura de que lo habrían hecho de otra manera, porque ellas saben que se les acusa en falso'. Esto escribía Cristina de Pisan, autora de La ciudad de las damas (1404). Sin embargo, importantes investigaciones históricas desmienten tan contundentes afirmaciones del magisterio, hasta invalidarlas y convertirlas en pura retórica al servicio de una institución patriarcal. Entre los estudios más relevantes al respecto cabe citar Mujeres en el altar, de Lavinia Byrne, religiosa expulsada de su congregación por publicar este libro; Cuando las mujeres eran sacerdotes, de Karen Jo Torjesen, catedrática de Estudios sobre la Mujer y la Religión en Claremont Graduate School, y los trabajos del historiador Giorgio Otranto, director del Instituto de Estudios Clásicos y Cristianos de la Universidad de Bari. En ellos se demuestra, mediante inscripciones en tumbas y mosaicos, cartas pontificias y otros textos, que las mujeres ejercieron el sacerdocio católico durante los 13 primeros siglos de la historia de la Iglesia. Veamos algunas de estas pruebas que quitan todo valor a los argumentos del magisterio eclesiástico. Debajo del arco de una basílica romana aparece un fresco con cuatro mujeres. Dos de ellas son las santas Práxedes y Prudencia, a quienes está dedicada la iglesia. Otra es María, madre de Jesús de Nazaret. Sobre la cabeza de la cuarta hay una inscripción que dice: Theodora Episcopa (= Obispa). La 'a' de Theodora está raspada en el mosaico, no así la 'a' de Episcopa. En el siglo pasado se descubrieron inscripciones que hablan a favor del ejercicio del sacerdocio de las mujeres en el cristianismo primitivo. En una tumba de Tropea (Calabria meridional, Italia) aparece la siguiente dedicatoria a 'Leta Presbytera', que data de mediados del siglo V: 'Consagrada a su buena fama, Leta Presbytera vivió cuarenta años, ocho meses y nueve días, y su esposo le erigió este sepulcro. La precedió en paz la víspera de los Idus de Marzo'. Otras inscripciones de los siglos VI y VII atestiguan igualmente la existencia de mujeres sacerdotes en Salone (Dalmacia) (presbytera, sacerdota), Hipona, diócesis africana de la que fue obispo san Agustín cerca de cuarenta años (presbiterissa), en las cercanías de Poitires (Francia) (presbyteria), en Tracia (presbytera, en griego), etcétera. En un tratado sobre la virtud de la virginidad, del siglo IV, atribuido a san Atanasio, se afirma que las mujeres consagradas pueden celebrar juntas la fracción del pan sin la presencia de un sacerdote varón: 'La santas vírgenes pueden bendecir el pan tres veces con la señal de la cruz, pronunciar la acción de gracias y orar, pues el reino de los cielos no es ni masculino ni femenino. Todas las mujeres que fueron recibidas por el Señor alcanzaron la categoría de varones' (De virginitate, PG 28, col. 263). En una carta del papa Gelasio I (492-496) dirigida a los obispos del sur de Italia el año 494 les dice que se ha enterado, para gran pesar suyo, de que los asuntos de la Iglesia han llegado a un estado tan bajo que se anima a las mujeres a oficiar en los sagrados altares y a participar en todas las actividades del sexo masculino al que ellas no pertenecen. Los propios obispos de esa región italiana habían concedido el sacramento del orden a mujeres, y éstas ejercían las funciones sacerdotales con normalidad. Un sacerdote llamado Ambrosio pregunta a Atón, obispo de Vercelli, que vivió entre los siglos IX y X y era buen conocedor de las disposiciones conciliares antiguas, qué sentido había que dar a los términos presbytera y diaconisa, que aparecían en los cánones antiguos. Atón le responde que las mujeres también recibían los ministerios ad adjumentum virorum, y cita la carta de san Pablo a los Romanos, donde puede leerse: 'Os recomiendo a Febe, nuestra hermana y diaconisa en la Iglesia de Cencreas'. Fue el concilio de Laodicea, celebrado durante la segunda mitad del siglo IV, sigue diciendo en su contestación el obispo Aton, el que prohibió la ordenación sacerdotal de las mujeres. Por lo que se refiere al término presbytera, reconoce que en la Iglesia antigua también podía designar a la esposa del presbítero, pero él prefiere el significado de sacerdotisa ordenada que ejercía funciones de dirección, de enseñanza y de culto en la comunidad cristiana. En contra de conceder la palabra a las mujeres se manifestaba el papa Honorio III (1216-1227) en una carta a los obispos de Burgos y Valencia, en la que les pedía que prohibieran hablar a las abadesas desde el púlpito, práctica habitual entonces. Éstas son sus palabras: 'Las mujeres no deben hablar porque sus labios llevan el estigma de Eva, cuyas palabras han sellado el destino del hombre'. Estos y otros muchos testimonios que podría aportar son rechazados por el magisterio papal y episcopal y por la teología de él dependiente, alegando que carecen de rigor científico. Pero ¿quién es la teología y quiénes son el papa, los cardenales y los obispos para juzgar sobre el valor de las investigaciones históricas? La verdadera razón de su rechazo son los planteamientos patriarcales en que están instalados. El reconocimiento de la autenticidad de esos testimonios les llevaría a revisar sus concepciones androcéntricas y a abandonar sus prácticas misóginas. Y a eso no parecen estar dispuestos. Prefieren ejercer el poder autoritariamente y en solitario encerrados en la torre de su 'patriarquía', a ejercerlo democráticamente y compartirlo con las mujeres creyentes, que hoy son mayoría en la Iglesia católica y, sin embargo, carecen de presencia en sus órganos directivos y se ven condenadas a la invisibilidad y al silencio. JUAN JOSÉ TAMAYO-ACOSTA