sábado, 14 de septiembre de 2013

SER TEMPLARIO



Francamente no lo entiendo. No entiendo qué es lo que pretenden, qué es lo que buscan o qué es lo que creen algunos que es el Temple o ser templario.

Entiendo el ser templario como una determinada forma de vivir, de sentir, de valorar….

Templario es el que desarrolla una labor constante de superación, no competitiva, si no consigo mismo, para sacar lo mejor de si en favor de todos (él inclusive). “Ama al prójimo como a ti mismo”  (no más, ni menos)

El templario es consciente (en más o en menos) de ser  Templo de Dios, de ahí su continua búsqueda de la verdad, la pureza, la fuerza, el valor, la justicia,  el equilibrio… (Muestra del amor que hay en su interior) para ser reflejo y manifestación de Dios.

“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17:21-22).

El resto está bien claro en el lema Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine Tuo da Gloriam. Para él todo hecho es a Gloria de Dios.


Un templario no busca vanagloriarse al hacer las cosas. Si no que las hace por y con amor, con rectitud,  entereza, conocimiento, templanza… con todo lo que sea necesario, dentro de sus capacidades y posibilidades, para llevarlas a cabo.

Ni tampoco busca el lucro personal, sino el de la Hermandad, el de la Comunidad, el de la Humanidad, o sea, el beneficio de todos, pero no a costa de venderse a sí mismo, a sus familiares, amigos, conocidos, en definitiva a sus hermanos,  sus semejantes, si no a costa del fruto de su propia labor.

Un templario no comercia superficial y alegremente, si no valorando muy bien el qué, cómo y porqué. Una cosa es el beneficio de una producción propia y de calidad, con una clara utilidad para quienes les pueda interesar  y otra el mercadeo morboso.

Todas sus acciones deben ser limpias, ejemplares, si quiere ser fiel a sus objetivos y eso ha de tenerlo muy en cuenta (lo cual no quita que sea tan humano como el que más y en ocasiones pueda no estar a la altura)

Y si esto es en lo exterior, de igual manera en su interior. Se cuestiona todo, incluido a sí mismo, hurgando a fondo, para conocerse, reconocerse en el prójimo y para ser coherente consigo mismo y por tanto con los demás.

Inquieto, reflexivo, firme, entero, misericordioso…Un templario es esto y mucho más. 

Templario era el defensor de los fieles, de los caminos. Hoy en día, entiendo al templario como ecuánime defensor de la Humanidad, de la libertad, del conocimiento…  para que el hombre llegue a Hombre.